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Valençay Jacquin & fils, el delicioso secreto de la pirámide

¿Sabes qué secreto esconde la característica forma de pirámide truncada de este exquisito queso?

Dice la leyenda que esta delicia de la región de Berry, Francia central, presentaba de origen una forma piramidal perfecta. En una ocasión en la que Napoleón, tras una funesta campaña en Egipto, visitaba la ciudad que da nombre al queso, Valençay, fue agasajado con este reputado lácteo. A Bonaparte, la forma del queso le evocó su reciente derrota y, furioso, desenvainó su espada y de un tajo eliminó el vértice superior de la pirámide.
Nunca sabremos qué dosis de realidad contiene esta historia. Y si, en verdad, la actual forma del VALENÇAY JACQUIN & FILS se debe a un ataque de cólera del famoso emperador o, quizá simplemente, al deseo de unos granjeros de homenajear a su pueblo reproduciendo el diseño del campanario de la iglesia.

En todo caso, el verdadero secreto del VALENÇAY JACQUIN & FILS se encuentra en el sabor redondo y sugestivo que ofrece un queso de cabra tan suave y cremoso como este.

Entre los quesos de cabra con forma de pirámide de la zona, el VALENÇAY es el único que pasa por un proceso de maduración.

La combinación perfecta de juventud y madurez
Así es el VALENÇAY JACQUIN & FILS: con los matices frescos y afrutados de un queso joven y el sabor a sotobosque, champiñón y frutos secos propios de su curación. Con un corazón de color marfil, liso y ligeramente húmedo y una corteza rugosa y aterciopelada por el moho natural.

Su elaboración comienza vertiendo directamente la cuajada de leche cruda de cabra en el característico molde en forma de pirámide truncada. Un par de días después, las piezas se extraen del molde y se cubren con ceniza salada de carbón, dejándolas madurar como mínimo once días.

Ese es el tiempo que se precisa para la formación de la corteza, florecida con los mohos superficiales. El número de semanas que pasen en bodega influye en sus diferentes grados de maduración: textura más firme y sabor más fino, o bien, más grasa y de gusto más contundente.
JACQUIN & FILS, expertos en queso de cabra
En conseguir el grado de maduración más adecuado para su VALENÇAY, los queseros JACQUIN & FILS son verdaderos expertos. Tres generaciones dedicadas con pasión y exclusividad a la producción de quesos de cabra.
Cerca de 500 toneladas anuales, de aproximadamente 30 variedades de queso, salen de su factoría.

Galardonados una y otra vez en reconocimiento de su calidad, los quesos de JACQUIN & FILS siguen fieles a la tradición de la provincia de Berry, conocida desde el siglo VIII como productora de quesos de cabra. Entre ellos, el VALENÇAY JACQUIN & FILS sin duda ha acabado convirtiéndose en todo un clásico.
Increíblemente sabroso y con matices complejos a tierra y frutos secos, el VALENÇAY JACQUIN & FILS es protagonista de tablas, ensaladas o incluso fundido.

La familia JACQUIN & FILS lleva 60 años consagrada a la elaboración de quesos de cabra de las razas tradicionales de la región: Berrichon, Alpina y Saanen.